Thursday, 6 June 2013


La letra... repitiéndola entra

Portugal en la desesperación

Por:  06 de junio de 2013
El Financial Times publicaba recientemente una descripción larga y profundamente deprimente de la situación en Portugal, centrándose en la grave situación de las empresas de propiedad familiar, que antes eran el núcleo de la sociedad y de la economía del país, pero que ahora están quebrando en gran número.  
De esto es de lo que se trata realmente.

Y todo aquel que esté desempeñando algún papel en nuestro actual debate económico, tanto si es un auténtico legislador o un analista que da consejos desde la barrera, debería centrarse, sobre todo, en cómo y en por qué estamos permitiendo que ocurra esta pesadilla una vez más, tres generaciones después de la Gran Depresión.

No me digan que Portugal ha aplicado malas políticas en el pasado y que tiene problemas estructurales. Por supuesto que los tiene; como los tiene todo el mundo. Y aunque se podría mantener que los problemas de Portugal son peores que los de otros países, ¿cómo puede tener sentido solucionar estos problemas condenando al desempleo a un enorme número de trabajadores dispuestos a trabajar?

La respuesta a la clase de problemas a los que ahora se enfrenta Portugal, que conocemos desde hace muchas décadas, es una política fiscal y monetaria expansionista. Pero Portugal no puede hacer esas cosas solo, porque ya no tiene su propia moneda. De acuerdo, entonces, o bien el euro debe desaparecer, o bien hay que hacer algo para que funcione, porque lo que estamos viendo (y lo que los portugueses están experimentando) es inaceptable.
¿Qué podría servir de ayuda? Una expansión económica más importante en el conjunto de la eurozona y una inflación más elevada en los países del núcleo europeo.
Una política monetaria menos estricta podría ayudar a lograr estas cosas, pero tengan en cuenta que el Banco Central Europeo (BCE), al igual que la Reserva Federal, se está acercando básicamente a unos tipos de interés casi nulos. El BCE puede, y debería, tratar de presionar para que se apliquen políticas no convencionales, pero necesita toda la ayuda posible, en vez de esta situación en la que la austeridad en la periferia también viene reforzada por la austeridad en los países del núcleo.  
En cambio, lo que Portugal y otros países de la periferia están sintiendo, sin embargo, son los efectos de los tres años que la política europea lleva centrándose casi por completo en los supuestos peligros de la deuda pública. No creo que sea una pérdida de tiempo hablar de cómo surgió ese enfoque equivocado, incluido el desafortunado papel desempeñado por algunos economistas que han hecho un trabajo excelente en el pasado y que presumiblemente lo harán en el futuro. 
Pero lo importante ahora es cambiar las políticas que están creando esta pesadilla.

¿Que más podemos añadir? Todo son preguntas sobre las consecuencias de las políticas de austeridad aplicadas hasta la fecha... ¿se recuperará el tejido empresarial dañado? ¿Cuándo volverá a recuperarse el mercado de trabajo? ¿está preparado el mercado financiero para una economía "mundial" o cada vez más expuesta al aleteo de una mariposa?... solo preguntas que ni siquiera los economistas que defienden los actuales principios de austeridad. Solo nos ofrecen más incertidumbre sobre el futuro... y en economía no hay peor enemigo que la incertidumbre.


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