Con fundamento ¿seguro?

No puede ser,

Miquel Roca i Junyent.

La Vanguardia

el 11 junio, 2013 en Derechos, Economía, Internacional, Libertades, Política

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OPINIÓN

El reconocimiento por parte del Fondo Monetario Internacional de que las medidas de austeridad exigidas a Grecia habrían sido excesivas y contraproducentes debería tener consecuencias. No es sensato ni justo que los expertos de un organismo internacional encargado de velar por la salud económica de un país puedan adoptar medidas que agraven la situación que se pretendía mejorar. Ciertamente, el error es siempre posible, pero, en este caso, su reconocimiento debería ir acompañado de otras medidas compensatorias para corregir el daño causado.

Muchos expertos y poca responsabilidad. Se dictamina con la misma contundencia con que se rectifica. Hoy blanco, mañana negro; se habla de países que a menudo se desconocían, sin medir las consecuencias de valoraciones frívolas, precipitadas y, a menudo, no independientes. Y nunca pasa nada; bueno, empresas y países pagan las consecuencias, pero los expertos siguen ejerciendo como expertos, imperturbables e indiferentes a sus errores acumulados.

La economía y el bienestar de la gente no pueden depender de estos expertos. Seguramente hay datos objetivos que justifican los malos pronósticos sobre un país u otro o sobre una u otra empresa. Pero ni es necesario añadir errores de apreciación ni, lo que aún es más grave, que estos errores estén en el origen de la situación. O que la agraven. Esto lo sabe todo el mundo, pero ni la Unión Europea ni Estados Unidos ni nadie se atreve a resolverlo.

¿De dónde viene el enorme poder de estos expertos desconocidos y, muy a menudo, con muy poca experiencia?

Dicen que representan a los mercados, pero más bien se podría creer que lo que se proponen es sustituirlos. Pero no se hace nada por resolverlo, y se podría resolver. Y lo que no puede ser es que un país entre en quiebra no únicamente por culpas propias, sino también por la frívola actuación de unos pretendidos expertos que si hace unos meses se equivocaron sobre Grecia, ahora están estudiando con quién y cuándo equivocarse con otro país.

¡Esto no puede ser!